Tratamiento de acné, rosácea y eliminación de tumores benignos son algunos usos de las fuentes lumínicas y de energía
Según Outcomes’s 10, consultora especializada en investigación de salud y farmacoeconomía, se estima que del 30 al 70% de la población desarrollará algún padecimiento dermatológico en algún período de la vida. Además, se espera que la prevalencia de estas enfermedades vaya aumentando en los próximos años, debido a, entre otros factores, al cambio climático.
Po eso, el láser dermatológico y las fuentes lumínicas son vitales en la terapia de algunas enfermedades específicas de la piel, tal es el caso de la rosácea, la psoriasis, la alopecia, el acné y la eliminación de tumores benignos.
Los sistemas de luz de uso medicinal son equipos médicos que irradian un campo electromagnético que emite energía sobre el tejido humano con un fin terapéutico. Actualmente los dos principales son el láser y la luz pulsada intensa (IPL). LÁSER es un acrónimo cuyo significado es luz amplificada mediante emisión estimulada de radiación.
“En mis más de 20 años de experiencia dermatológica he sido testigo de cómo el empleo de la medicina láser y fuentes lumínicas y de energía hacen la diferencia en el tratamiento de padecimientos cutáneos. Además, desde el punto de vista estético sus usos se extienden al rejuvenecimiento facial y eliminación de cicatrices entre otros”, explicó Guillermo Cortés, dermatólogo con especialidad en oncología de Dermaláser.
Si bien se trata de herramientas seguras, al ser muy precisas deben ser manipuladas por un profesional en dermatología.