En Costa Rica los trastornos asociados a la retina han aumentado de 1.531 en el 2017 a 2.036 en el 2021
Nuestros ojos se ven expuestos a amenazas constantes, aproximadamente un 25% de la luz blanca que nos rodea es luz azul. La luz azul es un componente natural, inofensivo y necesario.
Sin embargo, las radiaciones más energéticas son fuente de problemas y se ha demostrado que una parte de la luz azul (a partir de los 435nm) puede resultar peligrosa si se abusa de ella. Se trata de la más extrema, la luz azul-violeta muy cerca ya de la luz UV, con la que tiene muchas similitudes.
La luz azul- violeta constituye uno de los principales factores de riesgo en la incidencia de la Degeneración Macular (DMAE), un trastorno de la retina y la primera causa de ceguera en los países industrializados. A diferencia de la luz UV, los rayos de luz azul-violeta penetran el segmento posterior del ojo, por el cual son nocivos a las células de la retina.
Además, el 90% de los signos visibles del envejecimiento prematuro alrededor de los ojos son causados por los rayos UV.
“La luz azul está presente en nuestro entorno tanto en espacios interiores como exteriores, es producida naturalmente por el sol como por los leds y fluorescentes. El problema radica en la sobre exposición y en la exposición directa a la luz azul violeta y los rayos UV”, destacó la Dra. Jenny Carrillo encargada de servicios profesionales en Ópticas Visión.
Se recomienda un descanso de al menos 10 minutos cada dos horas cuando se está muy expuesto a pantallas y luces led.
Además, los alimentos ricos en antioxidantes como el kiwi, las uvas rojas, las naranjas, el melón dulce, el mango, la papaya y vegetales verdes, protegen frente a la DMAE, así lo indica la Ophthalmic and Physiological Optics.