Cambios bruscos de temperatura durante los meses de noviembre y diciembre pueden volver la piel más frágil y sensible
Durante estos meses de noviembre y diciembre, donde se manifiestan días cálidos y soleados, con noches frías o inclusive cambios entre días cálidos y fríos, además del efecto directo e indirecto que hemos sufrido por las anomalías climáticas, las cuáles han presentado cambios bruscos de temperatura que afectan la capa hidrolipídica de la piel, la cual funciona como barrera ante la pérdida de agua, electrolitos y otros componentes, así como en el bloqueo de la penetración de agentes indeseables del medio ambiente, como la contaminación.
¿Qué ocasiona el frío en el cuerpo humano?
El frío no solo afecta la piel, también tiene repercusiones en todo el organismo como la reducción del flujo sanguíneo. También, se pueden notar síntomas como el dolor en articulaciones y hasta inflamación en las vías respiratorias.
Uno de los primeros signos de respuesta del cuerpo al frío es la pérdida de calor en manos y pies, esto sucede porque la presión sanguínea disminuye y no llega hasta la superficie de la piel, guardando el calor para proteger los órganos vitales.
¿Y qué pasa en la piel cuando está expuesta al frío?
El frío contrae los vasos sanguíneos, resultando en la disminución de oxígeno en la dermis de la piel y causando resequedad, apariencia sin brillo y envejecimiento prematuro al retrasar la renovación celular. Además, reduce la velocidad de la circulación y disminuye la producción de colágeno, sudor y sebo.
La humedad de la piel se pierde también por otros agentes para combatir el frío como la calefacción, capas de ropa extra y el viento, propiciando la aparición de síntomas como: sequedad, descamación, e inclusive resquebrajamiento.
Otros de los signos del frío en la piel es la aparición de manchas o puntos vasculares rojos en las mejillas u otras áreas del rostro, afectando en mayor manera a personas de tez blanca o piel seca, ya que tienen menos glándulas sebáceas; por lo tanto; la barrera protectora de la piel se encuentra debilitada.
Allan Sunikansky, dermatólogo y presidente de la Asociación Costarricense de Dermatología, recomienda los siguientes consejos para mantener una piel suave y saludable:
Hidratar la piel diariamente. Aplicar varias veces al día cremas hidratantes en todo el cuerpo, sobre todo en las zonas expuestas como manos y cara para y así bloquear la pérdida de humedad.
Limpiar la piel diariamente. La contaminación es un factor constante, por lo tanto, es necesario mantener una rutina de limpieza diaria, idealmente que incluya jabón neutro que no reseque la piel.
Evitar el uso de agua caliente. El agua caliente reseca la piel, lo recomendado es bañarse con agua entre tibia y fría que ayude a mantener la grasa natural de la piel.
Evitar las fuentes de calor. En los meses de frío se utiliza más comúnmente las calefacciones de los autos o calentadores de habitación, sin embargo, los dermatólogos advierten sobre su uso por los cambios bruscos de temperatura que irritan la piel.
Protegerse del viento. Mantenga las zonas expuestas al viento hidratadas, cuidando todas las áreas de la piel, como fosas nasales, manos y labios.
Protegerse del sol. El filtro solar es fundamental todos los días, inclusive en el día más nublado. Los efectos de los rayos UV son una amenaza constante para la piel.
Cuide sus labios. Generalmente los labios son de las zonas que más rápidamente dan señales de pérdida de humedad de la piel al resecarse. Es importante aplicar bálsamos, preferiblemente con protección UV.
Consulte a su dermatólogo. Ante la aparición de signos dudosos o preocupantes, siempre es fundamental consultar al médico especialista en la piel, idear recetas caseras o consultar sitios sin conocimiento y experiencia puede ser bastante perjudicial para la salud.
“El clima es un factor relevante que influye en la apariencia y salud de la piel, más aún con los efectos negativos del cambio climático. Nosotros como dermatólogos siempre hacemos énfasis en la importancia de cuidar la piel, ya sea que vivamos en la montaña, valle o costas; la exposición a cambios de temperatura, radiación solar, viento, humedad y otros, generan efectos secundarios y es necesario revisiones periódicas que garanticen que nuestra piel se encuentra en un buen estado de salud” aconseja el doctor Sunikansky.
Se pueden encontrar variedad de productos para la humectación y protección de la piel, desde filtros solares con FPS 50+, serums para prevenir la aparición de las manchas rojas, cremas o geles hidratantes. Por la noche, es recomendable colocar cremas menos grasosas para que la piel descanse, así como mascarillas una vez por semana y exfoliantes para reparar la piel muerta. Sin embargo, es necesario conocer primero que nutrientes extras está requiriendo su piel considerando tipo de piel, afecciones y tratamientos anteriores o presentes.