La alimentación tiene un papel fundamental en el bienestar de su piel ya que no sólo la mantiene hidratada, bonita, joven y brillante, sino que además ayuda en el tratamiento y prevención de enfermedades como: rosácea, acné, dermatitis, entre otras.
Consuma bebidas a base de agua y electrolitos porque la piel necesita humedad y para ello se requiere tomar alrededor de 2 a 3 litros de agua al día. Sino le gusta el sabor del agua pura, puede intentarlo combinando hojas de menta, albahaca y yerba buena, o bien trozos de su fruta preferida. Además, los caldos, sopas, batidos e infusiones son otras formas de darle líquido a su cuerpo.
De acuerdo con Maricel Cruz de Consultas Nutrición, para mejorar la circulación de la sangre lo ideal es consumir alimentos ricos en Coenzima Q10 tales como: espinacas, chile dulce, brócoli, papas, zanahorias, ajo coliflor, soya, nueces, maní, semillas de ajonjolí, pistachos, avellanas y almendras, entre otros.
Los aceites esenciales como el omega 3 trabajan como antiinflamatorios ya que hacen que la piel sea menos sensible a los rayos ultravioleta, además de que reducen el riesgo de cáncer. Las fuentes principales son las semillas como: chía, linaza, nueces, almendras, marañones, cacao y semillas de hemp.
Cuidar su salud intestinal repercute directamente en la salud de la piel, para mantenerla sana se aconseja la ingesta de kombucha, yogurt de soya, yogurt descremado, leche agria, repollo fermentado; dichos productos son aptos para quienes padecen dermatitis atópica y eczemas.
Finalmente, añada a su dieta frutas y vegetales que complementarán el proceso para mejorar la apariencia de este órgano tan importante, algunas de ellas son: agua de pipa, piña, ciruelas frescas, fresas, melón, sandía, pepino, tomate, zanahoria, zucchini y chocolate amargo.