La obesidad, el colesterol y los triglicéridos elevados, así como el sedentarismo, representan la combinación perfecta para que una persona sea candidata a sufrir de diabetes tipo 2. También influyen otros factores, como los antecedentes familiares.
Según comentó la doctora Michelle González, endocrinóloga del Hospital Calderón Guardia, en nuestro país el 66% de los costarricenses, no tienen un peso adecuado y el 33% de la población sufre de obesidad: “esta condición es uno de los factores de riesgo más importantes que desencadenan enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, ceguera, insuficiencia renal, entre otros”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 640 millones de personas en el mundo sufren obesidad y más de 1.900 millones tienen sobrepeso. En los últimos años, las autoridades mundiales de salud impulsan programas educativos e informativos para promover un estilo de vida saludable, en donde una dieta sana y una rutina diaria de ejercicios son parte esencial para lograr cambios positivos en las personas.
En Costa Rica, sufren de diabetes tipo 2 el 10,8% de la población, generalmente se presenta en personas adultas, sin embargo, actualmente niños obesos también sufren de esta enfermedad.
Los síntomas más comunes de la diabetes son la sed excesiva y la necesidad de orinar varias veces tanto en el día como en la noche. En diabetes tipo 1, usualmente el paciente al ser diagnosticado tiene la historia de pérdida de peso no intencional en un período corto de 15 a 30 días; a diferencia de esto, la mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2 ganan peso, y únicamente si los niveles de azúcar en sangre son muy elevados, se puede perder peso en forma no intencional.
Aquellos que tienen tienen algún nivel de sobrepeso y obesidad, deben de recurrir a planes de alimentación saludables y practicar al menos 30 minutos de ejercicio diariamente. Además, deben de tener un control médico que le permita al especialista conocer su estado integral de salud, e indicar tratamientos especializados.
“Las personas diabéticas deben de tener horarios de alimentación establecidos, que ayuden a mantener los niveles adecuados de azúcar en la sangre; se recomienda tres tiempos de comida fuertes (desayuno, almuerzo y cena), y en algunas ocasiones realizar meriendas (una en la mañana, otra en la tarde y otra antes de dormir)”, comentó Natalia Granados, nutricionista y educadora en diabetes de Meditek.