El desayuno, tal como su nombre lo dice, es el tiempo de comida con el que se rompe un ayudo de al menos 8 horas. Si bien durante el sueño el cuerpo descansa, los procesos vitales como la respiración y el funcionamiento del corazón consumen energía. Se estima que durante la noche se da un gasto de energía de 400 a 500 kilocalorías y se bajan las reservas de glucosa y agua en el cuerpo.
Por eso, debe cumplir con los requerimientos nutricionales necesarios para recargar al cuerpo y al cerebro de la energía perdida durante la noche, hidratar el organismo y proporcionar los nutrientes esenciales para iniciar el día.
“El desayuno es la comida más importante, porque es el inicio que marca nuestro rendimiento durante el día. Un buen desayuno, completo y balanceado, aportará la energía que el cuerpo necesita después de muchas horas de ayuno. Esto favorece un mejor desempeño en la jornada laboral para los adultos y brinda en los niños un desempeño superior en su rendimiento escolar, sobre todo en matemáticas y materias que donde hay tareas de memorización”, explicó Patricia Vial, gerente de Nutrición y Salud y Bienestar de Nestlé Centroamérica.
Al seleccionar qué alimentos desayunar, busque opciones que aporten nutrientes valiosos para reponer la energía perdida durante la noche, hidratar el organismo y proporcionar los nutrientes esenciales para iniciar el día.
Los alimentos integrales no ayudan a adelgazar, pero producen una mayor sensación de saciedad al estar hechos de grano entero y, por ello, también aportan más fibra, vitaminas, minerales y fitonutrientes.
De igual forma, es importante combinarlo con ejercicio, el aeróbico ayuda a eliminar la grasa corporal, los ejercicios de alta intensidad como las pesas, el yoga o el pilates, contribuyen a quemar calorías y a fortalecer la masa muscular.
Según el American College of Sports Medicine, se deben realizar, al menos, 150 minutos de ejercicio cardiovascular moderado a la semana.