Estrés generado por el COVID-19 podría alterar ciclo menstrual

Saba® detectó que en diferentes países los efectos de la cuarentena o las restricciones para favorecer el distanciamiento social están teniendo consecuencias sobre el periodo menstrual.

Aunque en Costa Rica no hemos tenido cuarentenas estrictas como en otros países del mundo, es recomendable estar atentos a posibles cambios, tenerlos presentes y consultar con un especialista si se prolongan en el tiempo.

De acuerdo con María del Pilar Navas Aparicio, especialista en ginecología, el ciclo menstrual se rige por un conjunto de hormonas que están a nivel de hipotálamo (en el cerebro), hipófisis (pituitaria) y en ovarios.

“Existen mecanismos de regulación que intervienen en estas tres zonas provocando la ovulación y la menstruación fisiológica o, por el contrario, llevando a desórdenes en el ciclo menstrual y en la fertilidad. En situaciones de stress importante esto se puede alterar porque se envían mensajes al cerebro de forma inconsciente, provocando reglas inesperadas o atrasos menstruales”, comentó la doctora Navas,

Cuando el estrés no se maneja bien puede provocar un freno a nivel de la hormona GnRh en el cerebro, por lo que no se liberarían suficientes cantidades de hormona folículo  estimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH) y esto repercutiría en los estrógenos y la progesterona, que se producen en el ovario. Este mecanismo que se conoce como retroalimentación positiva 0 negativa, que se altera por el peso, la nutrición, el estrés, las cirugías, la edad y los medicamentos, entre otros.

Las alteraciones del ciclo que se pueden presentar son diversas, pero la más común ante el estrés intenso es la amenorrea, que es la ausencia de menstruación por varios meses sin estar embarazada. Otras pacientes solo atrasan la ovulación por pocos días y esto lleva a menstruaciones un poco más irregulares sin que falte por completo.

Es importante llevar una bitácora o tener un app (en el teléfono o computadora) para llevar un control de las menstruaciones desde el primer día de regla, el número de días de duración y si son fuertes. Se puede agregar si hay coágulos o dolor intenso.

“Si al revisar los ciclos nos damos cuenta que algo anda mal, es importante llamar a su médico ginecólogo o de cabecera, explicar lo sucedido y oír las recomendaciones. En algunos casos es necesario hacer una revisión ginecológica, ya que puede haber de fondo una patología orgánica (o sea alguna alteración no hormonal)”, expresó.

Además, es importante valorar qué medicamentos se están tomando, incluso si son pastillas anticonceptivas, para corroborar que no hubo olvidos.

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