El martes 17 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Hemofilia, fecha en la que se busca visibilizar a las miles de personas que viven con esta enfermedad genética en el mundo, a sus familiares y a los diferentes sistemas de salud que brindan atención médica especializada para garantizar su calidad de vida.
Según datos de la Federación Mundial de Hemofilia, 320 mil personas padecen hemofilia A, la cual es la más común en el mundo. En nuestro país, 178 personas sufren este tipo de enfermedad, de las cuales 20 poseen inhibidores de factor VIII.
La hemofilia es una enfermedad hereditaria que provoca un trastorno hemorrágico, poco frecuente, en el que la sangre no se coagula normalmente. Las personas que la padecen tienden a sangrar durante un periodo más prolongado de lo normal.
“Por medio de esta fecha, queremos sensibilizar e informar a la población costarricense acerca de la importancia de un diagnóstico temprano, así como de la atención y tratamientos adecuados que debe recibir un paciente con hemofilia, con el objetivo de mejorar su estado de salud”, comentó Leslie González, gerente médico de Hematología de Roche Centroamérica y el Caribe (CAC).
El origen de la hemofilia se debe a una alteración en uno de los genes que determinan la manera en que el organismo produce el factor de coagulación VIII o IX. Estos genes se sitúan en los cromosomas X, es decir, la enfermedad es transmitida por las mujeres (portadoras) y generalmente, la padecen los hombres debido a una alteración congénita en el cromosoma X.
Para detectar a tiempo esta enfermedad, es importante conocer los síntomas, entre ellos:
- Sangrados excesivos, ya sea a lo interno o externo del cuerpo. Por ejemplo, por la nariz sin motivo aparente o una cortada que vuelve a sangrar después de haber sanado.
- Presencia de sangre en la orina y heces.
- Aparición de moretones sin razón.
- Sangrado de las rodillas, codos u otras articulaciones.
- Sangrado en el cerebro después de un simple golpe o una lesión más grave, acompañada de intensos dolores de cabeza, convulsiones, vómito y vista doble, entre otros signos.