Carne de cerdo y pollo son las proteínas típicas
Una de las tradiciones navideñas de los ticos son los tamales, los cuales reúnen a las familias para hacerlos, convirtiéndose en una de las actividades favoritas. El tamal navideño, por excelencia, es el de cerdo.
En Costa Rica se consumen 196 millones de piñas de tamales durante el mes de diciembre y en un 62% de los hogares se mantiene la tradición de cocinarlos, lo cual reafirma la importancia de la actividad tamalera en el país.
La palabra tamal proviene del náhuatl “tamalli” que significa “envuelto” y su origen se remonta a la época precolombina.
Los primeros indicios se dan en México y norte de Centroamérica y por intercambio cultural y comercial llegó al resto de América Latina. Se le conocía como un alimento básico para la población, en especial por sus aportes nutricionales como fuente de energía, ágil almacenamiento y gran facilidad para ser transportado.
En sus orígenes el tamal no llevaba ningún tipo de carne, sin embargo, con la llegada de los españoles surgió una variación en la receta, que incluía el caldo de carne como ingrediente principal para cocinar la masa.
“El tamal ocupa un lugar especial en la mesa de las familias costarricenses. Cada familia en Costa Rica tiene su versión propia del tamal. En lo que todas o la mayoría coincide es que el ingrediente principal es la carne de cerdo, entonces podemos decir que no hay tamal rico sin cerdo. La versatilidad de la carne de cerdo permite que se utilicen muchos cortes para su elaboración. A los productores de carne de cerdo costarricense nos enorgullece que la carne que producimos sea el ingrediente principal de esta tradición que año a año une familias en estas fechas festivas y le invitamos a continuar con la tradición del tamal y, por supuesto, utilizando carne fresca 100% tica”, expresó Luis Diego Rojas, presidente de la Cámara Costarricense de Porcicultores.
Los tradicionales tamales navideños son preparados a base de maíz y arroz achiotado, rellenos de diferentes vegetales, tales como garbanzos, chile dulce y zanahoria; así como huevo duro y su característica carne de cerdo.
“La carne de cerdo se comienza a utilizar, principalmente, por sus facilidades de producción y por la riqueza proteica que brinda a las personas. Disminuir la cantidad de grasa para la preparación de la masa y utilizar cortes magros, como la posta para el relleno, pueden significar un valioso aporte nutricional de proteínas, vitaminas y minerales, dentro de un delicioso y añorado platillo como lo es el tamal”, comentó Akemi Valencia, directora de la Unidad de Negocios de Porcicultura de MSD Animal Health en América Central, Caribe y Ecuador (CENCA EC).