Fotografías: #motorolaone
Un centro de eventos a reventar, pero nada apto para un concierto, buen ambiente y sonido defectuoso fueron los protagonistas de la presentación del colombiano Carlos Vives, quien vino a nuestro país con el Vives Tour. La actividad se realizó ayer sábado 4 de mayo en el Centro de Eventos Pedregal, asistieron unas 10 mil personas.
El concierto inició con la presentación de un DJ, que honestamente pasó desapercibido para la gran mayoría, solo los presentes en la zona cercana al escenario lo notaron. El grupo Bacilos se encargó de encender la noche, 10 años de ausencia de los escenarios ticos fueron compensados por su música, los presentes corearon con ganas Tabaco y Chanel, Caraluna y Mi primer millón, incluso entonaron “Yo no sé mañana”, de Luis Enrique y “Porque yo en el amor, soy un idiota”, del caballero de la salsa Gilberto Santarosa y se necesita estar muy seguros para llegarle a ese clásico de la salsa.
La aparición de otro DJ ayudó a que los asistentes se acercaran al área de comidas y bebidas, los precios de las bebidas estaban en ¢2 mil, mientras que los foodtrucks vendían sus productos entre los ¢3 mil y los ¢5.500.
A las 11 pm una introducción de caricatura, en mi opinión innecesaria y aburrida, anunció la presencia del Rey del vallenato, Vives ondeó la bandera nacional y junto a su orquesta entonó La cañaguatera, sin embargo, desde el minuto 1 los problemas de sonido fueron más que evidentes, él era el único que no se escuchaba, se percató del asunto, fue a hablar con sonido y ofreció disculpas, siguió con su presentación pero el sonido no colaboraba, los fans coreaban “no se oye”, por lo que se tuvo que interrumpir el concierto.
Déjame entrar, Carito, Tierra del olvido, Casarme contigo, Bicicleta, Un poquito, Pa’ mayté, La gota fría, Fruta fresca y Robarte un beso fueron algunas de las piezas.
Estando cerca del escenario, una de las asistentes me dijo: “no se oye nada, lástima los ¢30 mil que pagué” y es que en honor a la verdad, en la zona del parqueo se apreciaba mejor el sonido que adentro.
El concierto fue una producción de Jogo, a quienes les recomendamos disponer de mejores áreas para los equipos de los medios de comunicación, ojalá cerca del escenario, el resto de la velada transcurrió en orden, no hubo atrasados en las filas y aunque se permitió la venta e ingesta de licor, no hubo escenas de ningún tipo.
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