Fortalece del sistema inmunológico y protege a otros niños y adultos cercanos al infante de contagios
Las vacunas son la más segura y eficaz manera de proteger la salud de los niños y nuestros seres queridos contra al menos 16 enfermedades prevenibles por vacunación (EPV). Los niños deben de recibir la mayoría de sus vacunas en los primeros dos años de vida.
Las vacunas fortalecen el sistema inmunitario; reducen el riesgo de que contraigan infecciones. Los recién nacidos reciben su primera vacuna (hepatitis B) al nacer, mientras que existen otras que se administran durante controles pediátricos, como la vacuna contra la enfermedad neumocócica (que causa neumonía, meningitis, infecciones de oído y sepsis), la poliomielitis, el sarampión y tétanos, entre otras. Los niños mayores y jóvenes necesitarán refuerzos u otras vacunas para continuar protegidos durante su periodo de adolescencia y adultez.
Las vacunas no solo protegen a quien las recibe, sino que también, a los niños y adultos con los que el infante convive habitualmente.
La doctora Lenny Figueroa, Medical Lead de Vacunas de Pfizer Centroamérica y Caribe (CAC), manifiesta el mejor momento para detener una bacteria o virus es antes de poder infectar a alguien. “Por eso, desde hace más de 20 años Pfizer busca proteger a la mayor cantidad de personas posible de enfermedades infecciosas potencialmente graves, a través del desarrollo de vacunas seguras y de calidad, como la que tenemos contra la enfermedad neumocócica. Asimismo, mediante la implementación de diversas acciones en conjunto con otros actores del sector, para lograr un acceso adecuado a dichas vacunas en pro de una cadena de vida continua, que beneficie no solo a las personas vacunadas, sino también, a aquellos que tienen a su alrededor”.
Las vacunas disminuyen el impacto y han erradicado algunas enfermedades, como la viruela; otra ventaja es que la inmunización protege a las futuras generaciones.
El neumococo continúa siendo el segundo agente infeccioso que causa más neumonías que requieren hospitalización a nivel global, pero gracias a la vacuna contra esta bacteria, cerca de 175,2 millones de casos de enfermedad neumocócica infantil se evitaron entre los años 2010 y 2019, en el mundo.
Las vacunas permiten ahorrar tiempo y dinero. Específicamente, porque las enfermedades infecciosas pueden provocar discapacidades prolongadas e incluso, una carga financiera ante la ausencia laboral, por el pago de facturas médicas y cuidados especiales requeridos durante un largo periodo.
“En Pfizer, creemos firmemente que las vacunas son la herramienta más exitosa y efectiva para mejorar la salud pública mundial. Por eso, resulta necesario que las poblaciones conozcan el valor de la inmunización, tanto en niños como en adultos, con el fin incrementar nuevamente las coberturas vacunales contra las enfermedades infecciosas que pueden ser prevenidas mediante la vacunación, a raíz de la brecha que ha dejado la pandemia por COVID-19, y de esta forma, disminuir las probabilidades de brotes de enfermedades que agravarían aún más los efectos negativos de la pandemia. Solo así podemos mejorar la salud y calidad de vida de la población”, acotó la doctora Figueroa.
El desarrollo y la implementación de adecuadas estrategias de salud preventiva han tomado mayor valor durante la última década, ya que han mostrado contribuir a la posibilidad de disminuir la aparición de enfermedades y controlar ciertos factores de riesgo.
La prevención no solo incluye poner en práctica el ejercicio y estilos de vida saludables. También contempla que tanto niños como adultos reciban las vacunas en el tiempo adecuado, para ayudarlos a tener una buena salud y reducir las posibilidades de contagio de alguna EPV. Por eso, el mejor momento para vacunar a los menores de edad es cuando están sanos.
“Siempre es mejor prevenir una enfermedad que tratarla después de que ocurra. Por eso, en el marco de la Semana Mundial de la Inmunización, desde Pfizer queremos instar a que las autoridades sanitarias, pacientes, profesionales de la salud y otros actores del sector sigan uniéndose para potenciar los programas de inmunización de cada país y generar una cadena de vida óptima, que nos proteja contra las enfermedades infecciosas. La salud es de uno, pero el esfuerzo es de todos”, concluyó la doctora Figueroa.