Problema puede ocasionar a largo plazo degeneración macular y pérdida de la visión
La exposición a pantallas, dispositivos digitales y fuentes artificiales de luz azul se asocia a padecimientos como la miopía, incluso, el número de casos se ha disparado en las últimas décadas y la OMS prevé que en 2050 la mitad de la población sea miope.
Según un estudio realizado por la organización internacional Parents Together, un 48% de los niños pasan actualmente más de seis horas diarias en línea, un aumento de casi el 500% respecto a los años previos a la pandemia.
Además, existen otros padecimientos asociados, pues a diferencia de la luz ultravioleta, prácticamente toda la luz azul visible pasa a través de la córnea y el cristalino, y llega a la retina.
“La fatiga visual es el primer efecto de la exposición prolongada a las pantallas, con síntomas como ojos rojos, sequedad ocular y migraña. La luz azul de las pantallas LCD y LED tienen una longitud de onda dañina para el ojo. Sería particularmente problemática a largo plazo por el envejecimiento prematuro de la retina y el cristalino”, señaló Jenny Carrillo Rojas, de Ópticas Visión.
Los lentes antirreflejo y con filtro para luz azul suelen ser una adecuada solución, por ejemplo la tecnología Crizal Prevencia, que previene el envejecimiento prematuro de las células de la retina, evita desordenes fisiológicos y neurológicos tales como problemas de alerta, de sueño, cambios de humor, pérdida de memoria o fluctuación de la temperatura corporal al filtrar selectivamente la luz azul nociva.
También se recomienda aplicar la regla del 20-20-20, cada 20 minutos de fijar la vista, hacer descansos de al menos 20 segundos mirando a un objeto a 6 metros de distancia.