El estreñimiento o constipación infantil es un síntoma gastrointestinal común en la infancia con una prevalencia estimada del 3% en todo el mundo. Entre el 17% y el 40% de los casos comienza en el primer año de vida.
De acuerdo con los expertos en salud, las causas del estreñimiento infantil pueden ser orgánicas o funcionales.
Las orgánicas son las menos frecuentes, de un 5 a un 10% de los casos, y se asocian, principalmente, a condiciones metabólicas, anatómicas, neurológicas y hasta farmacológicas.
Por su parte, las causas funcionales, que se presentan entre un 90 y un 95% de los casos, se relacionan, principalmente, con:
- la inmadurez del sistema digestivo -inmadurez de la motilidad intestinal (acción fisiológica del aparato digestivo encargada de desplazar el contenido de la boca hacia el ano), así como el retardo o la perturbación de la colonización del intestino por las bacterias-; y
- los cambios en la alimentación del bebé. Por ejemplo, la transición de leche materna a fórmula o la introducción de alimentación complementaria, proceso que se da después de los 6 meses.
“Durante el primer año de vida el sistema digestivo sufre cambios importantes hasta alcanzar, de forma gradual, su funcionalidad completa. Este proceso natural puede causar molestias digestivas transitorias en los bebés, tales como: estreñimiento, cólicos y llanto excesivo durante el primer año de vida”, explicó Salvador Villalpando, médico pediatra mexicano con subespecialidad en gastroenterología y nutrición infantil.