El 90% de sus casos se originan de hígados cirróticos
En el marco del Día de la Concientización del Cáncer de Hígado que se celebra el 30 de octubre, los especialistas hacen un llamado con el objetivo de explicar la importancia de este órgano, el diagnóstico y tratamientos oportunos, que aseguren una mejor expectativa de vida.
El cáncer de hígado es el tercero más letal del mundo, por detrás del cáncer de pulmón y colorrectal. Además, es el sexto más frecuente a nivel mundial, luego del cáncer de mama, pulmón, colorrectal, próstata y estómago.
Los tumores del hígado pueden formarse de distintos tipos de células y se clasifican según su sitio de origen. El carcinoma hepatocelular (CHC), originado de las células propias del hígado, es el tumor maligno de hígado más común. El 85% de los tumores malignos del hígado, corresponden al CHC.
“Esta condición se origina de diversas enfermedades muy distintas entre sí, pero que afectan al hígado en general, como por ejemplo: hígado graso, la enfermedad hepática asociada al uso de alcohol o enfermedades genéticas, que van generando una disfunción progresiva que no da síntomas, hasta que el paciente presente una cirrosis”, explicó el Dr. Wagner Ramírez, gastroenterólogo de Grupo Equilibrium.
Hace unos años se creía que la cirrosis era solamente causada por el consumo de alcohol, sin embargo, con los años los médicos demostraron que la cirrosis es el estadío final de cualquier daño crónico al hígado, causando una fibrosis (cicatrización) que promueve el ambiente pro cancerígeno dentro del hígado, ya que esos cambios o mutaciones, que ocurren por el daño acumulado a lo largo del tiempo en el hígado promueven el desarrollo del cáncer. El 90% de los casos de CHC se originan de hígados cirróticos.
La enfermedad por hígado graso por disfunción metabólica es la enfermedad hepática crónica más frecuente a nivel mundial y es de las enfermedades del hígado que producen cáncer sin tener cirrosis, sin embargo, hasta un 40% de los pacientes con hígado graso pueden llegar a lesionar su hígado hasta desarrollar cirrosis.
“Lo más importantes es saber que es una enfermedad prevenible, a raíz de que se origina de enfermedades que son conocidas y tratables. Es fundamental conocer si efectivamente padezco de estas enfermedades haciendo énfasis en el hígado graso o en mi consumo de alcohol, para lograr prevenir y saber cómo estoy. Entonces, si queremos prevenir el cáncer, lo primero es mantener un estilo de vida saludable, evitar un consumo excesivo de licor y hacer los exámenes de sangre de rutina para buscar las hepatitis virales”, comentó Ramírez.
En Costa Rica ya existen estudios de alto nivel tecnológico para hacer frente a esta realidad mundial, como lo es la elastografía transitoria (Fibroscan), que evalúa el grado de cicatrización o el daño que ha acumulado el hígado.