El consumo de bebidas y alimentos endulzados con sustitutos de azúcar ha aumentado en los últimos años debido, sobre todo, a que éstos ofrecen la posibilidad de llevar una dieta más balanceada. Tan sólo en Latinoamérica se estima que más del 70% de la población consume este tipo de productos, una tendencia que se observa también en el resto del mundo.
Recientemente, en Brasil se realizó un estudio encaminado a determinar los niveles de consumo de azúcar de mesa con respecto al de sustitutos de azúcar o edulcorantes no calóricos como aspartame, sacarina, ciclamato, acesulfame, sucralosa y estevia.
La muestra comprendió un total de 32,749 individuos mayores de 10 años, a quienes se les preguntó si utilizaban azúcar de mesa, edulcorantes no calóricos, ambos o ninguno. Posteriormente, se registraron sus hábitos alimenticios durante un periodo de 12 meses.
El equipo de expertos, encabezado por la doctora Luana Silva, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, descubrió que el 87.5% de la población utilizaba azúcar de mesa para endulzar sus alimentos, mientras que 7.6% recurría sólo a sustitutos de azúcar y 5.1% usaba ambos.
Los consumidores más frecuentes de sustitutos de azúcar eran mujeres, individuos con sobrepeso, pobladores de áreas urbanas, personas con mayor poder adquisitivo y miembros de la tercera edad.