La piel es el órgano más grande del ser humano y quizás uno de los más importantes. Además de servir como barrera protectora de los agentes externos como el calor, la luz, el aire, las bacterias y las infecciones, la piel también controla la temperatura del cuerpo, almacena agua y grasa, y se repara y lubrica así misma, es decir, es el órgano más versátil y además nuestro escudo protector. Sin embargo, al ser autosuficiente no solemos prestarle atención e inclusive la dañamos sin saberlo.
“Muchos comentemos el error de no cuidar la piel pues ella misma hace casi todo el trabajo y esperamos hasta que tengamos una lesión visible para prestarle atención, sin embargo, conforme envejecemos nuestra piel requiere de mayor atención”, explicó Laura Chacón-Garbato, directora de capacitación de productos de Nutrición Externa de Herbalife Nutrition.
Errores frecuentes
- Lavar la piel excesivamente: puede provocar resequedad. Además, removeremos su lubricante natural: el sebo, el cual mantiene la piel flexible y la protege de las agresiones externas como bacterias, hongos, humedad, entre otros.
- Utilizar el mismo jabón para lavar el cuerpo y la cara: La piel del rostro es más sensible que la piel de nuestro cuerpo, por lo que necesitamos utilizar un jabón más suave para esta parte del cuerpo y preferiblemente, que contenga humectante.
- Utilizar agua demasiado caliente al bañarte: A la hora de tomar un baño o lavar tu cara es preferible usar agua tibia o fría que ayudan a que los poros se cierren evitando que la suciedad penetre nuestra piel. Además, el agua caliente hace que la piel se seque más rápidamente.
- No utilizar protector solar o utilizarlo incorrectamente: Este puede ser el mayor riesgo para la piel hoy en día. La exposición prolongada y excesiva al sol nos puede resecar la piel, provocar quemaduras, acelerar el proceso de envejecimiento e inclusive a un plazo mayor, provocar cáncer de piel. Por esto, es tan importante utilizar todos los días protector solar con un mínimo de factor de protección de 15 (30 para niños) antes de exponerse a los rayos ultravioletas y aplicar varias veces durante el día de manera abundante.
- No remover el maquillaje: Cuando no removemos el maquillaje por las noches, nuestros poros se bloquean y la piel no puede respirar ni regenerarse, lo que provocará que la piel se vea opaca, seca y se envejezca más rápido. Además, fomentaremos la presencia de acné y puntos negros.
- No lavarnos la cara antes de dormir: es tanto o más importante que remover el maquillaje pues con esta simple acción eliminamos las bacterias que acumulamos durante el día.