Conozca los mitos más comunes sobre la hemofilia

Derrumbar sus mitos nos permite tener una mejor calidad de vida

La hemofilia es una de esas enfermedades poco comunes, donde la sangre no coagula de forma adecuada y sus pacientes presentan sangrados por periodos mucho más prolongados de lo habitual. Dichos sangrados pueden ser:

  • Sangrado externo: puede darse en la boca, debido a una cortada o a un mordisco; en la nariz sin motivo específico, por una cortada leve (sangrado bastante abundante) o por una cortada que vuelve a sangrar después de un tiempo de no hacerlo.
  • Sangrado interno: el de las rodillas, los tobillos, codos y otras articulaciones son los más comunes. También es común observar la presencia de sangre en la orina, o en las heces (sangrado de los intestinos o del estómago) y la presencia de grandes moretones.

Se estima que cada año nacen cerca de 20.000 personas -mayoritariamente hombres- con hemofilia alrededor del mundo.

Resulta muy importante desmitificar los mitos relacionados con esta enfermedad.

Mito #1 – La hemofilia es 100% hereditaria

  • La hemofilia es una enfermedad mayormente hereditaria ligada al cromosoma X; pero algunas personas desarrollan este trastorno sanguíneo sin la existencia de antecedentes familiares (hemofilia adquirida), como en el caso de pacientes con esclerosis múltiple, cáncer y afecciones autoinmunitarias, entre otros.
  • Un tercio de los casos de hemofilia surgen en individuos sin antecedentes familiares, debido a una mutación espontánea.

Mito #2 – La hemofilia es igual en todos los pacientes

  • La hemofilia surge como producto de la disminución o ausencia de uno de los factores de coagulación, ya sea el VIII o el IX, los cuales nos ayudan a detener las hemorragias. Existen dos tipos: la hemofilia A, esta es la más común y sucede cuando el factor de coagulación VIII está ausente o disminuido, y la hemofilia B, producto de la reducción o falta del factor IX de coagulación. Adicionalmente, el grado de severidad puede ser leve, moderado o severo.

Mito #3 – Solo los hombres padecen hemofilia

  • Es más frecuente en los varones y suele transmitirse el gen de madre a hijo, pero algunas mujeres portadoras pueden tener síntomas de sangrado si sus factores de coagulación están considerablemente reducidos.

Mito #4 – Una persona con hemofilia que se corta mínimamente puede morir desangrada

  • La persona sangrará por más tiempo de lo normal; sin embargo, usualmente se detiene la hemorragia por si sola con la ayuda de una curita.

Mito #5 – Quienes padecen hemofilia no pueden realizar actividades físicas

  • El ejercicio puede ayudar a prevenir los sangrados en personas con hemofilia. Se pueden realizar diferentes tipos de ejercicio, considerando la severidad de su padecimiento y sopesando los beneficios frente a los riesgos. Practicar natación, bicicleta, jugar golf y hasta caminar son seguros para la mayoría de las personas con hemofilia.

Mito #6 – La hemofilia tiene cura

  • Esta enfermedad no tiene cura; pero la ciencia ha desarrollado tratamientos que pueden disminuir considerablemente las complicaciones de esta enfermedad y mejorar su calidad de vida.

Mito #7 – La esperanza de vida de la persona con hemofilia es muy corta

  • La mayoría de las personas con esta enfermedad pueden llevar una vida saludable y activa, siempre y cuando cumplan con el tratamiento recetado por su médico tratante y lleven un cuidado personal adecuado. Con el tratamiento adecuado la expectativa de vida es aproximadamente 10 años menor versus aquellos hombres que no padecen la enfermedad.