Es la cadena de restaurantes de comida italiana más grande de los Estados Unidos
Con una operación de más de 700 restaurantes en los Estados Unidos, Olive Garden se ha constituido en la cadena norteamericana de comida italiana más grande de la Unión Americana.
Luego de consolidar su servicio y la calidad de sus platillos ante la opinión de sus comensales, poco a poco, a expandido sus operaciones a nivel mundial. Luego de abrir su primer local en 1982 en la Ciudad de Orlando, al día de hoy mantienen un crecimiento de unos 24 locales anualmente, por todo el mundo. Esta cadena brinda trabajo a más de 100.000 personas.
La cadena estableció la comida italiana como su fuente de inspiración y por tal motivo establecieron la Escuela Culinaria Olive Garden, en la región de la Toscana en el centro de Italia, siendo este el sector en el que se encuentra el Consejo Italiano de Chefs, los cuales han ayudado a perfeccionar las recetas de la cartilla y han brindado capacitación a los chefs ejecutivos de Olive Garden. Anualmente, se seleccionan colaboradores de todo el mundo y se envían a capacitación a esta escuela, logrando así que sus clientes puedan disfrutar de la misma calidad y sabor sin importar el país en el cuál se encuentre un restaurante de la cadena.
“Nuestros chefs llevan los olores y sabores de Italia a tu mesa gracias a que se capacitan en nuestra escuela culinaria de la Toscana”.
El pasado 28 de noviembre, en Escazú Village, la cadena abrió sus puertas al público costarricense. Ofrecen un menú muy variado y con algunas y muy interesantes opciones, como por ejemplo en el platillo de entrada disfrutamos una sopa Minestrone, la cuál se puede consumir cuantas veces guste el comensal por el mismo precio. Esta oferta también aplica con las ensaladas, breadsticks y demás sopas, claro siempre acompañado de una deliciosa capa de queso, rallado directamente en su mesa y en la cantidad que usted desee.
Nuestro plato fuerte un delicioso “Tour de Italia”, un platillo que le hará viajar con sus sentidos por Italia, saboreando y oliendo todo eso que significa y ejemplifica la comida clásica italiana. Podrá disfrutar de una clásica lasaña, un aromático Fetuccini Alfredo y un emblemático pollo a la parmesana. De verdad que la experiencia fue placentera, convirtiéndose en uno de los mejores platillos que hemos degustado este año.
En el postre nos decantamos por algo clásico un Tiramisú, el cuál fue servido con una temperatura, textura y sabor adecuados. Su sabor era fuerte sin ser invasivo o exagerado.
La cadena se preocupa por todos los pequeños detalles en cuanto a sus emplatados, temperaturas y texturas en cada platillo. Pero lo más importante se preocupan por el cumplimiento de todas las normas sanitarias y restricciones que se deben de cumplir ante la pandemia que vivimos.
En cuanto a los detalles del local debemos reconocer que la ventilación, gran cantidad de luz natural que inunda la estancia desde todos los ángulos y la adecuada distribución de las estaciones de servicio, lo convierten en un lugar elegante y placentero, perfecto para una salida con nuestra burbuja familiar o un grato momento con nosotros mismos.