*Fotografías cortesía de Próxima Comunicación
El arte es un medio de expresión que no tiene límites, ni fronteras, esto fue lo que experimentaron 35 privadas de libertad que formaron parte de un proyecto mural que se llevó a cabo en el Centro de Atención Institucional (CAI) Vilma Curling, conocido anteriormente como El Buen Pastor.
El mural, de cerca de mil metros cuadrados y que incluye el arte pictórico, el grafiti y el uso de mosaico, fue conducido por los artistas Ana Coronado Guerrero y Jordi Beltrán, quienes aplicaron un enfoque “arte-terapéutico” con un mensaje motivacional sobre el valor del trabajo colectivo. Durante la obra, se incentivó respetuosamente a las privadas de libertad de formar parte del proyecto y a su vez, en el diseño, se tomó en cuenta lo que cada interna quería para su presente y para su futuro.
Coronado y Beltrán integran el grupo Arte por la Paz, que es un Programa de Desarrollo Integral que cuenta con más de 2.400 voluntarios nacionales e internacionales y del cual FIFCO forma parte, motivado por su proceso de construcción social. Fue por esta razón que una de sus marcas, Navarro Correas, donó los fondos para la elaboración del mural y 33 voluntarios de la empresa contribuyeron con casi 300 horas de labor para la finalización de esta obra que beneficiará tanto a la población de mujeres recluidas, como a los visitantes y familiares.
“Nuestro propósito en FIFCO es compartir con el mundo una mejor forma de vivir y eso implica hacerlo con todos los grupos de la sociedad. Hacer del arte una terapia que ayude a estas mujeres a mejorar su bienestar emocional es sin duda un apoyo para encontrarse consigo mismas, para que eventualmente puedan reinsertarse a la sociedad de una manera positiva”, comentó Gisela Sánchez, Directora de Relaciones Corporativas de FIFCO.