Abrir un negocio en Costa Rica y operar en la formalidad y al amparo de la ley es cada vez más difícil para los empresarios, así lo revela la III Encuesta Trimestral de Negocios “Pulso Empresarial”, realizada por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP).
Ante la pregunta “cuán difícil es empezar un negocio nuevo en Costa Rica”, el 75% de los consultados aseguró que era difícil o muy difícil la apertura de una empresa; además, el 65% afirmó que era muy costoso cumplir con los requisitos administrativos que se establecen para formalizarla.
Para Franco Arturo Pacheco, presidente de UCCAEP, esto es una evidencia más del por qué el sector informal es tan grande en el país, dado que representa un 45% de la población económicamente activa.
“La línea del sector empresarial es buscar las mejores condiciones económicas y legales para que los trabajadores puedan desarrollar empresas sostenibles; por eso, estamos trabajando en una serie de reformas que buscan incentivar a los trabajadores que se encuentran en la informalidad para que se pasen a la formalidad laboral, cumpliendo con la legislación nacional”, expresó Pacheco.
El estudio “Pulso Empresarial” también demuestra cómo las condiciones para acceder a crédito productivo en colones en las empresas no son las más favorables, pues el 19% de los empresarios aseguró que han empeorado y solo un 13% dicen que mejoraron en relación al año anterior. El 48% manifestó que la situación es la misma.
Lo mismo ocurre con el acceso a los préstamos para producir en dólares, pues el 21% dice que se dificultó, un 44% que se mantienen igual y solo un 12% que se mejoró.
Los empresarios explicaron que los factores que más dificultan el acceso a crédito productivo son los trámites de formalización, las tasas de interés y las garantías que solicitan las entidades bancarias.
La encuesta también detalla que la confianza y la percepción general de los empresarios bajó en comparación con el estudio anterior. El Índice Empresarial de Percepción (IEP) se ubica en 5,93; mientras que el Índice Empresarial de Confianza (IPC) en 6,43 (en una escala que va de 0 a 10). La baja en ambos indicadores podría estar relacionada a la incertidumbre por la llegada de un nuevo periodo electoral, además de la desaceleración en algunos sectores de la economía.
En el mercado laboral, el 58% de los empresarios consultados aseguraron que, en los próximos 12 meses no harán contrataciones, mientras que un 39% dijo que sí esperan ampliar sus planillas. En el caso de despidos, sólo un 11% afirmó que harían recortes, mientras que el 85% mantendrá su personal.
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