Sus múltiples beneficios pueden ser incrementados dependiendo de los ingredientes que le agreguemos
La sopa negra es un platillo muy tradicional de nuestra gastronomía que se puede disfrutar en la gran mayoría de cocinas de los costarricenses. Ofrece mucho a cambio de poco, pues dependiendo de aquellos ingredientes que le adicionemos al momento de su preparación, podemos obtener un plato rico en aminoácidos, antioxidantes, hierro y hasta en vitamina C, sin un mayor costo ya que un plato de sopa negra puede rondar los 500 colones y de una bolsa de frijol prepararse hasta ocho porciones.
La sopa negra es rica en proteína vegetal, fibra, vitaminas del grupo B, hierro, ácido fólico, calcio, potasio, fósforo y zinc. Para poder aprovechar todos estos componentes es vital el adicionar otros alimentos durante su elaboración que permitan una adecuada absorción y con los cuales podemos lograr una mejor sinergia: dicha convnación de estos elementos permite un efecto superior al que estos tendrían por separado.
Ligia Chaves, nutricionista de Frijoles Don Pedro y ex nutricionista de la Selección Nacional de Fútbol en Brasil 2014, brinda una serie de recomendaciones.
¿Qué aportan los ingredientes de la sopa negra a nuestro organismo?
La fibra que contiene el frijol al ser consumida permite que los microorganismos que habitan en los intestinos se nutran y puedan localizar lesiones corporales, así como enfermedades para combatirlas, trabajando la parte inmune del cuerpo.
Al adicionar condimentos naturales tales como chile, culantro y cebolla, la sopa se convierte en una importante fuente de ácido fólico, vitamina C y antioxidantes, estos elementos nos protegen ante las enfermedades al actuar como antiinflamatorios y subir el nivel de las defensas de nuestro cuerpo.
Es de vital importancia mantener una alimentación balanceada que incluya al menos 400 gramos de alimentos crudos divididos en los cinco tiempos de comida. La sopa negra nos permite agregar culantro y aguacate que son fuente de minerales y vitaminas como el ácido fólico y la vitamina C; permitiendo una mejor absorción del hierro que nos aportan los frijoles y nos permite evitar la anemia.
También se pueden incluir huevos que contienen aminoácidos valiosos para la construcción de tejido, vitamina B12, hierro y zinc; zanahoria y ayote que contienen betacarotenos, estos trabajan en el cuidado de la piel y nos ayudan a disminuir el riesgo de asma, entre otros beneficios. Si agregamos tubérculos como la papa o la yuca, se aportan carbohidratos, así como vitaminas y minerales, entre otros beneficios.
Este alimento puede ser consumido por personas de todas las edades, es ideal para fortalecer el cuerpo ante la amenaza del COVID-19 y puede ser utilizado por los deportistas para acelerar el proceso de hidratación y recuperación muscular.
“Las personas que han tenido COVID, con pérdida de fuerza y de masa muscular, requieren de una alimentación balanceada y la sopa negra es una excelente alternativa. Para quienes realizan ejercicio es ideal porque los aminoácidos, vitaminas y minerales ayudarán en la tonificación y fortalecimiento de los músculos”, explicó Chaves.
“Cuando en una familia se prepara la sopa negra, esta puede ser consumida por todos, desde niños y adolescentes hasta los adultos. En el caso de los adultos mayores, y ante problemas de masticación, la sopa negra puede ser licuada, o adicionada de verduras que mejoren el gusto, como ayote, camote o yuca. Lo importante es que pueda ser disfrutada por todos, que podamos nutrirnos mejor y aprovechar los múltiples beneficios que ofrece este caldo tan nutritivo e hidratante”, añadió Chaves.