El aire de nuestra casas u oficinas puede ser fuente de enfermedades y bacterias
Nos hemos visto obligados a aumentar considerablemente las horas que pasamos confinados en nuestros hogares para prevenir la posibilidad de contagiarnos ante la presencia del COVID-19. Pero permanecer en sitios cerrados no nos exime de la exposición a la contaminación del aire, los expertos indican que incluso corremos mayor riesgo de contraer alguna enfermedad estando en este tipo de recintos que en lugares abiertos, por lo que es de suma importancia conocer las fuentes que podrían alterar la calidad del aire que respiramos y como este puede terminar afectando la salud de las personas.
Las principales fuentes de contaminantes que afectan el ambiente interior son dos. Se conocen como fuentes primarias las que generan contaminación producto a su uso o presencia en espacios interiores, por ejemplo: los combustibles, el humo de tabaco, bioefluentes de mascotas, las cubiertas de suelos y paredes, pinturas sintéticas, los pegamentos, barnices, ceras, plaguicidas, los materiales de construcción, aire procedente del exterior (ya que una porción sustancial de la contaminación del aire exterior migra al interior, afectando a su calidad), etc. Como vemos generalmente, cualquier producto químico que utilizamos o que se encuentran presentes en el interior es una fuente de contaminación.
Debido a los procesos químicos que transforman a los contaminantes emitidos por fuentes primarias se dan lugar a otros nuevos, que son conocidos como los contaminantes secundarios (productos de oxidación, partículas, etc.). Esta “química interior” posee la capacidad de darse tanto en la fase gaseosa o sobre superficies y conforman un sumidero para los contaminantes interiores siendo a su vez una gigantesca fuente de nuevos contaminantes.
Lo concerniente a la calidad del aire ha empezado a generar gran preocupación en distintos puntos, actualmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha convertido en uno de los organismos que más veces ha alzado la voz, debido a que las cifras demuestran que anualmente 3.8 millones de personas mueren prematuramente debido a enfermedades atribuibles a la contaminación del aire interior.
La OMS se encuentra prestando asistencia técnica a los países para que puedan realizar sus propias evaluaciones y que fomenten tecnologías y combustibles domésticos que permitan preservar la salud. También busca fortalecer la capacidad nacional y regional buscando hacer frente al problema de la contaminación en el aire de interiores, organizando talleres y promoviendo la elaboración de herramientas que permitan diseñar y aplicar políticas relativas al mejoramiento de consumo de energía en el hogar y realizar un seguimiento de estas.
En un panorama optimo el aire interior de una vivienda o de un edificio no debe contener o poseer contaminantes en concentraciones superiores a aquellas que se puedan considerar perjudiciales para la salud o que puedan causar malestar a sus ocupantes.
El ambiente en el que se vive y trabaja es uno de los principales elementos que rigen nuestra salud, la necesidad de controlar la calidad del aire interior se hace cada vez más necesaria, esto se logra a través de un adecuado control de las fuentes de contaminación o mediante la implantación de medidas que aseguren una óptima calidad del aire.
La ventilación de los espacios siempre será la una excelente opción para descontaminar. Otra adecuada medida es la utilización de los purificadores de aire, los cuáles se han convertido en una gran compañía durante este prolongado confinamiento. Daikin, líder del mercado en soluciones climáticas, se enfoca en la importancia de la utilización de los filtros HEPA, los que poseen la capacidad de recoger el polvo de forma eficiente con fuerzas electrostáticas; Streamer, es una tecnología que permite una descarga de plasma de alta potencia para descomponer sustancias nocivas que se encuentren dentro de la unidad, y utiliza la tecnología de iones de plasma, que usa descargas de plasma para generar la liberación de iones en el aire, los que se combinan con otros componentes para formar especies activas con fuerte poder oxidante como el radical OH. Luego estas se adhieren a la superficie de los hongos y alérgenos y descomponen las proteínas en el aire por medio de la oxidación.
El confinamiento nos dujo una enseñanza muy especial, nos enseñó la importancia de contar con un aire interior de calidad.