¿Cómo incentivar la educación financiera en los niños (as)?

La educación financiera infantil es de vital importancia para la vida adulta

Hay una frase que muchos abuelos compartían con sus nietos (as): El que ahorra tiene en tiempos de escasez. Y con esa frase sabía muchos (as) fueron educados (as), y recibieron su primera lección de educación financiera.

Y ¿Qué es la educación financiera?

La educación financiera para los niños (as) es la comprensión, la estimulación y las destrezas para lograr sus metas de vida y económicas. Por lo tanto, el ahorro es un principio básico que todo niño (a) debe adquirir.

Ahora bien, la llamada Generación X de Costa Rica recibió cierta noción acerca del ahorro. Mediante, el realizar “mandados”, llevar ciertas “cosas” a sus vecinos y familiares, y por sus acciones recibió cierta remuneración económica. Dicho dinero era acumulado en las alcancías de barro o plástico, que luego se rompían para adquirir “algo añorado”. O bien, cuando el niño (a) cumplía años, le regalaban dinero, el cual se guardaba a futuro.

Dicho panorama se fue modificando u olvidando con el paso de los años. ¿Qué opinan ustedes?

La importancia del ahorro

Otro aspecto importante es la planificación. ¿Por qué? La planificación de los gastos le determinará a los niños cuánto deben ahorrar para conseguir: una comida, un juguete u otro anhelo. En otras palabras, es inculcarle el valor de dinero, y que el ahorro le permitirá comprar lo que tiene en mente. Que muchos sueños pueden materializarse con la perseverancia y el recurso económico que se acumuló. Pero, en otras oportunidades no alcanzará con lo que se dispone.

“Hay que soñar en grande” y los niños (as) son soñadores (as) por excelencia. Y el ahorro es una clave para materializar un sueño.

¿Cómo estimular nuevamente el ahorro?

En este sentido la familia es otro factor clave. Los niños deben recibir educación financiera, por parte de sus padres. Los progenitores les pueden explicar sobre los ingresos (el salario) y los gastos (alquiler, comida, mensualidad escolar, agua, luz, servicios, etc). Y de a poco, entenderán el entorno financiero de su hogar.

También se puede compartir con los pequeños, juegos que le permitan manejar el concepto del dinero. Un ejemplo es el “Monopoly” –  juego de mesa basado en el intercambio y la compraventa de bienes raíces – por citar un caso.

Así, ellos (as) reconocerán la relevancia de administrar adecuadamente los recursos, con el fin de adquirir algo fuera de lo planificado. Es decir, la perseverancia trae frutos.

Toma de decisiones

Tanto los niños (as) y nosotros como adultos tomamos decisiones de forma impulsiva. Ni que decir, de las llamadas “compras impulsivas”. En este sentido, se debe orientar al menor, que cada acción realizada conllevará una reacción. Si gasta mucho, no va a tener reservas a futuro.

Cada decisión de compra necesita un análisis: ¿Cuánto estará dispuesto a gastar o invertir? Muchas veces lo barato, luego, le repercutirá en gastos no planificados. ¿Cuál será el mantenimiento requerido del bien a adquirir?

Y conforme el niño (a) va creciendo y madurando, el tema de la educación financiera, le ayudará a tomar decisiones de dinero y en su vida.