Los buenos hábitos alimenticios en sus hijos son importantes durante este regreso a clases

El contar con una alimentación balanceada mejora la concentración, el estado de alerta y la productividad de su hijo

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves a nivel mundial. Los números revelan que la cantidad de niños con este problema de salud son realmente impresionantes.

Lo más alarmante en cuanto a los números de obesidad infantil es que esa tendencia al sobre peso tiende a sostenerse durante la edad adulta. Lo que los hace más propensos a padecer enfermedades no transmisibles, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, en edades tempranas.

La obesidad y el sobrepeso, Al igual que muchas de las enfermedades asociadas que estas pueden generar son prevenibles con cambios en el estilo de vida familiar. “Los padres de familia somos los responsables de formar buenos hábitos de alimentación en los más pequeños.  Prácticas sencillas como parte de la rutina familiar pueden contribuir de forma muy significativa en la salud actual y futura de nuestros hijos”.

De acuerdo con la experta, Patricia Vial, Gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé Centroamérica, además de los beneficios físicos, una buena alimentación contribuye a mejorar la concentración, el estado de alerta y la productividad de su hijo, así como a mantener un sistema inmune más fuerte y reducir el riesgo de contraer enfermedades por virus o bacterias.

Ante un nuevo ciclo escolar, Vial brinda consejos para crear o reforzar buenos hábitos alimenticios en sus hijos:

  • Alentar una mayor ingesta de agua en lugar de opciones como refrescos gasificados o con azúcar añadida. El agua es la base de todas las funciones corporales, forma parte de la estructura que le da forma a las células del cuerpo, es esencial para todo el proceso digestivo, contribuye con el medio de transporte de nutrientes y sustancias en el cuerpo y regula la temperatura corporal.

Algunos consejos para lograrlo son: ofrecer agua cada vez que usted toma, dejar una botellita con agua cerca de su área de estudio y juego y congelar trocitos de fruta y utilizarlos para darle algo de sabor y color al agua.

  • Establecer un horario que incluya las tres comidas principales: desayuno, almuerzo y cena, así como dos meriendas adicionales. Esto permitirá que el niño no llegue con demasiada hambre y coma en exceso en los tiempos de comida. Es importante que éstos momentos de ingesta sean una pausa en la actividad del día y que no se alimenten mientras juegan, corren o ven la televisión.
  •  Mantener disponibles meriendas saludables como frutas frescas o deshidratadas, semillas, palitos de vegetales; entre otros. Las frutas y vegetales son ricos en vitaminas y minerales que aportan nutrientes que ayudan a fortalecer el sistema inmune de los niños. Idealmente, el consumo de frutas y vegetales debe ser de unas cinco porciones al día.
  • Involucrar a los niños en la preparación de los alimentos. Durante el fin de semana los padres pueden preparar con sus hijos el menú para cada día de la semana, la lista de compras para el supermercado y hasta involucrarlos en la preparación de los alimentos diariamente. Esto favorecerá que los niños se identifiquen con los alimentos que va a consumir y estén más motivados a hacerlo.
  • Buscar de manera cotidiana espacios para una mayor actividad física. En el caso de los niños hacer ejercicio significa jugar y estar activos físicamente. Actividades simples y divertidas como andar en bicicleta, pasear el perro o salir a patinar mantienen a los niños activos y van creando en ellos el buen hábito de moverse diariamente.
  • Suministrar a sus hijos productos fortificados y con nutrientes esenciales para su edad. Gracias al avance de la industria alimentaria hoy existen múltiples opciones de alimentos diseñados especialmente para cada etapa de crecimiento de los niños. Los padres pueden complementar una alimentación sana y balanceada a través de alimentos lácteos fortificados con nutrientes esenciales como el hierro y las vitaminas del complejo B que ayudan al desarrollo cognitivo, memoria, concentración y desempeño académico. Además del cinc, los pre y probióticos, las vitaminas A y C ayudan a mantener las defensas naturales. 

Patricia Vial, es enfática en remarcar la importancia de proceder poco a poco reducir de las meriendas escolares, los alimentos ricos en calorías y pobres en micronutrientes. “Planificar las meriendas en casa siempre será la mejor opción. Los niños, por su corta edad, generalmente carecen de criterio para elegir lo que deben consumir. Por ello, debemos orientarlos en casa a través del ejemplo, para que posteriormente elijan alimentos saludables en la escuela o colegio”, añadió Patricia Vial.