Con una copa de vino blanco

Conozca más acerca de esta exquisita bebida

De los vinos más prestigiosos, frescos, cremosos y muy versátiles; pero no solo esto, además de estas cualidades los vinos blancos son complejos en su elaboración y según sea su lugar de origen podemos tener muchos perfiles, aun siendo la misma uva en el proceso. Pero para entender mejor entendamos que hay detrás de una copa de vino blanco.

Lo primero es que los vinos blancos en su proceso de elaboración son bastante diferenciados en cuanto a los vinos tintos; dependiendo de su perfil la vendimia (recolección) se hace antes que la de los vinos tintos esto para mantener un nivel de acidez superior, no obstante, esto puede cambiar dependiendo del nivel de azúcar residual que se quiera obtener. A los vinos blancos antes de su proceso de fermentación se les realiza un despalillado que consiste en separar los hollejos (cascaras de la uva) del interior de la uva, por lo que su color es obtenido de las flavonas (se encuentran en la piel de la uva), son aquellas moléculas que le aportan ese color claro dorado o aquellas tonalidades pálidas, por lo que en su mayoría si se observa que un vino de este estilo empieza a cambiar en tonalidades amarillentas casi naranjas podemos estar casi seguros que el vino ya está en su proceso de oxidación, esto solo y únicamente puede cambiar si este tiene paso por barrica, ya que, esta le aporta un carácter distinguido tanto en aromas como en color, esto porque la barrica aporta tanto color como  aromas secundarios y en boca los hace cremosos.

¿Cómo darnos cuenta?

En las etiquetas nos mencionan si tiene paso por barrica, pero también podemos colocar la copa en un ángulo de 45 grados sobre fondo blanco, ahí podemos observar que si los ribetes (arcos) son de tonos verdosos estamos frente a un vino joven y fresco, así como también su reflejo, que tan pálido y brillante es; si este tiene paso por barrica su tonalidad se vuelve más dorada y sus reflejos no tan vivaces, al pasar por madera se tiende a volver más opaco.

Para mantener su frescura los vinos blancos se fermentan a temperaturas inferiores que los tintos, esto debido a que al no estar en presencia de hollejos su perfil aromático puede ser volátil, se opta por barricas de acero inoxidables o pilates de epoxi (material cemento), que permite bajar parte de los costos y le adquiere un carácter más mineral. No es mejor o peor, son estilos.

Las uvas blancas más reconocidas son como por ejemplo: Sauvignon blanc, riesling, chardonnay, pinot gris entre muchas otras, todas con cualidades distintas que pueden dar vinos expresivos en aromas por la uva, otros que son mucho más minerales por sus suelos, algunas con leves notas frizantes que son aquellos que en su elaboración se permite el ingreso de dióxido de carbono, algunos cremosos por la malo láctica, otros secos y de frutos maduros por el uso de barrica, algunas con notas dulces debido a su sobre maduración en la vendimia, en resumen son muchos estilos por lo que no podemos sobre valorarlos y encajonarlos diciendo que vinos blancos con comidas blandas  o mariscos.

Explicando un poco esto y sabiendo lo que hay detrás de una copa de vino blanco, cabe mencionar que según el proceso y el estilo tenemos un vino blanco para cada una de las comidas y aquí un breve resumen. Para un ceviche fresco un Sauvignon blanc es delicioso pero este mismo puede ir perfecto con un pescado frito o hasta una langosta, que bajo este perfil podemos optar por un chardonnay gracias a su cremosidad y su notas de frutas tropicales donde también un pollo en salsa de mango puede ser muy grato, pero no olvidemos que también podemos optar hacer maridajes con carnes rojas, la combinación de la grasa animal con la acidez de estos vinos es una experiencia muy grata, ahora combinar un postre con un delicioso riesling puede realzar y combinar muy bien.

Con los vinos blancos tenemos una gran ventaja al ser tan expresivos y es que podemos acompañarlos con aquellos enemigos del vino tinto como lo es la alcachofa, los espárragos y guisantes; los pinot gris o pinot grigio son ideales con hierbas frescas. Los blancos son versátiles y frescos muy fácil para hacer maridajes solo es de explorarlos y de descubrir todo lo que nos da una copa.

¿A qué temperatura debemos servirlos?

Según el tipo que sea, si es un vino blanco joven sus temperaturas deben de estar alrededor de los 4 a 6 grados, esto para mantener su acidez; en el blanco al subir temperatura se sube mucho el alcohol, si es un blanco por un corto periodo de madera podemos optar de 6 a 8 grados esto para encontrar la estabilidad entre acidez y fruta, si es un blanco complejo con paso de barrica largo de 8 a 10 grados.

Algunos dicen que los vinos blancos se deben de tomar jóvenes, de no más de 5 años, esto es totalmente incorrecto existen blancos de más de 20 años, son aquellos que mantuvieron en su elaboración niveles de azúcar residual que es un preservante natural que nos puede soportar estas grandes estadías; debe de contar con algunas características para su guarda, pero si se pueden guardar.

Recordemos que la mejor copa de vino no es aquella por la que se pague grandes cantidades de dinero es aquella que podamos compartir en buena compañía.