Una noche de arte y descanso en Studio Hotel Boutique

El lugar perfecto para una escapada de la rutina cotidiana

Si usted es una de esas personas que gusta de encontrar un lugar donde pasar una noche tranquila, lejos del barullo y el nuevo ritmo de vida en que nos encontramos atrapados y que además le ofrezca seguridad y buena comida, Studio Hotel es un lugar perfecto para usted.

Este hotel ubicado en Santa Ana se caracteriza por ser un museo: sus pasillos y habitaciones están llenos de obras de arte y esculturas de artistas nacionales, usted encontrará obras de Jorge Jiménez Deredia, Rafa Fernández o Isidro Wong a cada paso que dé y en todos los rincones del inmueble.

Nosotros quisimos conocer más de cerca la experiencia de hospedarse una noche en este hermoso lugar y estas son algunas de nuestras impresiones.

La hora de ingreso a la habitación es a las 3 p.m. y los huéspedes son recibidos en el comedor principal con un coctel de bienvenida.

“A la hora de la cena esta se sirvió en el restaurante Katowa, un espacio impecable en cuanto a su limpieza y orden, sin perder ese aire de solemnidad que le aportan la gran cantidad de pinturas que adornan todas sus paredes. Es importante acotar que al momento de nuestra visita todavía se encontraban vigentes algunas normas bastante restrictivas en cuanto al aforo. Igualmente, estas restricciones limitaban la cantidad de personal disponible en todas las áreas del hotel.  Por esas razones consideramos que al momento que la salonera tomó nuestra orden de bebidas, entradas y plato fuerte, duraron casi 15 minutos en servirnos las bebidas y un poco más en llevarnos un carpaccio de salmón y un tartar de atún.”

“Los emplatados de ambos platillos estaban muy bien presentados, con el volumen y alturas adecuados, el tartar tenía un toque de papaya, dándole un sabor muy interesante y tropical; mientras tanto a la hora de degustar el carpaccio este se sentía un poco salado, creemos que por las alcaparras que formaban parte de su composición.”

Los platos fuertes fueron un lomito término medio con vegetales al vapor y un salmón sellado, ambos excelentes y muy jugosos. Cortes perfectos llenos de sabor.

“Al día siguiente el desayuno que nos encontramos fue algo muy típico, tradicional de nuestra cultura gastronómica costarricense, gallo pinto, enyucados, plátanos maduros, huevos, pan, fruta, cereal. Y el infaltable café.”

Habitaciones y servicio al cliente.

El servicio brindado por todo el personal del hotel fue muy profesional, pero sin descuidar ese toque particular del tico, que permite que de una manera fácil y sencilla nos podamos sentir rápidamente en casa. Desde una amena recepción a la hora del registro, o la grata conversación con el encargado del bar. O el detalle tan particular del chef ejecutivo sentado en nuestra mesa preguntando sobre nuestra impresión de los alimentos y el servicio recibido. Todo esto en conjunto le hacen sentir al visitante como un verdadero VIP.

En cuanto a las habitaciones el aseo fue increíble, los pequeños detalles que invitan a explorar todos los rincones de las mismas, sus hermosas obras de arte dentro de cada una, convierten a cada habitación en una experiencia única y muy particular. Igual experiencia que se puede vivir al recorrer cada uno de sus pasillos, en donde a cada paso encontraremos pinturas, esculturas y todo tipo de manifestaciones artísticas de renombrados exponentes de todo tipo de arte. Brindando una experiencia de verdad enriquecedora.

Puntos bajos

Pocos fueron los puntos de mejora que se detectaron y que consideramos necesarios de acotar:

“Además de la tardanza en servir las bebidas, notamos que la mesera tuvo equivocaciones a la hora de tomar el pedido de unas pizzas solicitadas por comensales de otras mesas durante la cena, tomando en cuenta que en el menú solo hay tres tipos de pizza, nos pareció una desatención un poco extraña.”

“En el desayuno probamos los enyucados a los cuales les faltó relleno, mientras que el gallo pinto estaba muy sencillo, no contaba con un sabor envolvente o que pudiéramos decir que le convertirían en un platillo emblemático como el que muchos hemos degustado en las cocinas de nuestras casas o en los fogones de nuestras abuelas.”

Los precios en el menú están en dólares y no todas las personas manejan el tipo de cambio del día.

Por lo demás y dejando de lado estos pequeños detalles Studio Hotel se convierte en una muy buena opción para disfrutar de una noche de descanso o bien un desayuno en familia.